Am Markt, 9
Tfn +49 384 1227 3370 Precio orientativo: 30€ |
Restaurant und café Schwedenwache
3,0 - Platos correctos, camareros peculiares. |
LOCAL
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Acceso:
Accesible
Aparcamiento:
Fácil
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Espacio:
Grande (80p)
Terraza |
Distribución:
Amplia
Iluminación:
Bona
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Mobiliario:
Sillas
Trona bebè |
Limpieza lavabo:
Buena
Secador de manos:
Papel
|
Cambiador:
No
Extras:
No
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PERSONAL
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CARTA
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Vestuario:
Uniforme
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Amabilidad:
Sí
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Eficacia:
Sí
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Presentación:
Clásica
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Vinos y cava:
De la Tierra
De otras tierres |
Otros:
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IDIOMAS
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Alemán
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English
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Wismar es una localidad de unos 50 mil habitantes, con un centro histórico declarado Patrimonio de la Humanidad desde el 2002. Comenzamos la visita en la cervecería tradicional que queda en la ciudad, la Brauhaus am Lohberg situada junto a la casa sobre el canal.
Seguimos hacia la Plaza del Mercado donde destaca un edificio de estilo gótico báltico de 1.380, el Alter Schwede.
La plaza está llena de restaurantes y sin referencias amigas nos quedaba el Foursquare y el Google para consultar opiniones y decidirnos. Al final nos decidimos por el Schwedenwache y nos acomodamos en la terraza. Los camareros, predominando camareras, vestían un traje típico muy bonito. Imagino que es un reclamo para los turistas y aunque con nosotros no funcionó, no deja de tener su encanto el atavío.
Miramos la carta y nos alivió que al menos estuviera en inglés porque nosotros de alemán no sabemos más allá de pedir una cerveza y la cuenta. Los precios era correctos, muy similares a los de aquí, exceptuando las bebidas. ¿Cómo puede costar una copa de vino cerca de 5 euros?, mejor pedir una botella entera 😃Elegimos un riesling de la bodega Heinrich Vollmer que me gustó muchísimo y que no tengo ni idea del nombre (Ellerstadt Pfalz???) D.O. por más que miro la etiqueta. Al final pedimos un platos más bien internacionales elaborados con productos autóctonos, lenguado del Báltico, con una ensalada aliñada y un aporte crujiente con una picada de bacon y patata (en brunoise). Entrecot a la plancha cubierto con pimienta variada, demasiada para mi gusto, con unos champiñones en salsa y una torta de patata cortada en dados (en mirepoix). De postre, cómo no, pedimos un apfelstrudel para compartir. Hacía tanto que no comía un apfelstrudel que me supo a gloria. Calentito, con ese aroma a canela y manzana, con el helado cremoso al lado, mmmmm!
La cuenta, sumando el spritz (5,90 € 😲) y la cerveza de aperitivo, más los cafés, resultó de unos 33 € por persona. Un precio correcto para estar en una zona turística. Un restaurante con buenos platos y camareros peculiares en una pequeña ciudad que merece la pena visitar por su arquitectura, especialmente la iglesia y el edificio antes mencionado de estilo gótico báltico, la zona del puerto y el casco antiguo de la ciudad.
Seguimos hacia la Plaza del Mercado donde destaca un edificio de estilo gótico báltico de 1.380, el Alter Schwede.
La plaza está llena de restaurantes y sin referencias amigas nos quedaba el Foursquare y el Google para consultar opiniones y decidirnos. Al final nos decidimos por el Schwedenwache y nos acomodamos en la terraza. Los camareros, predominando camareras, vestían un traje típico muy bonito. Imagino que es un reclamo para los turistas y aunque con nosotros no funcionó, no deja de tener su encanto el atavío.
Miramos la carta y nos alivió que al menos estuviera en inglés porque nosotros de alemán no sabemos más allá de pedir una cerveza y la cuenta. Los precios era correctos, muy similares a los de aquí, exceptuando las bebidas. ¿Cómo puede costar una copa de vino cerca de 5 euros?, mejor pedir una botella entera 😃Elegimos un riesling de la bodega Heinrich Vollmer que me gustó muchísimo y que no tengo ni idea del nombre (Ellerstadt Pfalz???) D.O. por más que miro la etiqueta. Al final pedimos un platos más bien internacionales elaborados con productos autóctonos, lenguado del Báltico, con una ensalada aliñada y un aporte crujiente con una picada de bacon y patata (en brunoise). Entrecot a la plancha cubierto con pimienta variada, demasiada para mi gusto, con unos champiñones en salsa y una torta de patata cortada en dados (en mirepoix). De postre, cómo no, pedimos un apfelstrudel para compartir. Hacía tanto que no comía un apfelstrudel que me supo a gloria. Calentito, con ese aroma a canela y manzana, con el helado cremoso al lado, mmmmm!
La cuenta, sumando el spritz (5,90 € 😲) y la cerveza de aperitivo, más los cafés, resultó de unos 33 € por persona. Un precio correcto para estar en una zona turística. Un restaurante con buenos platos y camareros peculiares en una pequeña ciudad que merece la pena visitar por su arquitectura, especialmente la iglesia y el edificio antes mencionado de estilo gótico báltico, la zona del puerto y el casco antiguo de la ciudad.
Vas de Sant Pere a Sant Pau... :) de BCN a Alemanya...
ResponEliminaD'aquest país, només conec Berlín, i els cops que he estat allà, sempre he menjat prou bé i el preu tal com tu dius, acceptable.... Però clar.. mai he demanat vi. I amb aquells "plats únics", que ja porten acompanyament, quedes prou bé. Però també he de dir que sempre he fet estades curtes de màxim 4 o 5 dies, perquè amb més temps el tipus de menjar, crec que em cansaria...
Salut!!
Em vaig quedar a quadres amb el preu el vi a copes. :O I és generalitzat perquè a Hamburg tenien un preu similar.
EliminaDoncs aquesta ciutat és molt bonica :-) i amb la teva saviesa en vins, gaudiries de la zona.
Salut!