47-51 Grat Suffolk Street
Tfn 20 7592 7977 Precio orientativo: £50 |
Union Street Café
4,0 - Platos deliciosos, precio elevado en bebidas. |
LOCAL
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Acceso:
Accesible
Aparcamiento:
Público cercano
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Espacio:
Grande (150 p)
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Distribución:
Amplia
Iluminación:
Ténue
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Mobiliario:
Sillas
Bancos |
Limpieza lavabo:
Correcta
Secador de manos:
Papel
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Cambiador:
No
Extras:
Crema de manos
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PERSONAL
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CARTA
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Vestuario:
Uniforme
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Amabilidad:
Sí
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Eficacia:
Sí
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Presentación:
Corta
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Vinos y cava:
Internacional
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Otros:
Celebraciones
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IDIOMAS
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Inglés
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Italiano
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El año 2017 ha estado plagado de acontecimientos, tanto a nivel personal, laboral, social, político... Muchos de nosotros los hemos vivido intensamente y aún nos quedan días de duro trabajo en el nuevo 2018 para superar muros que ríete del muro de hielo de Invernalia. Cada uno lo vive con una intensidad diferente y llega un momento que hay que desconectar, descansar y volver con fuerzas renovadas. Nuestra vía de escape es Londres. Tenemos unos amigos que nos ofrecen su casa incondicionalmente y allí que nos vamos, a esa ciudad que ofrece todas las distracciones imaginables para que tu mente haga una desconexión y descanse.
Buscando un restaurante italiano caímos en el Union Street Café, uno de los 14 establecimientos creados por el mediático chef Gordon Ramsay donde se une la cocina italiana con la modernidad que le aporta el chef. Una decoración retro-industrial y tenue iluminación hacen el local muy acogedor, sin manteles of course, eso aquí solo se usa en los locales clásicos, una música ambiental, quizá un pelín alta a priori, pero que no molesta en absoluto debido a la sonoridad del amplio local junto con una atención cercana y atenta, pero sin molestar en absoluto, hacen sentirte cómoda desde que entras. En la planta baja, a dos alturas, están las mesas repartidas en ambas, con la cocina vista en la parte más elevada del establecimiento. Hay una planta sótano con otro comedor, el Olive Grove, a modo de jardín con un pérgola formada por olivos, una zona realmente bonita y que en verano debe ser una maravilla.
Como es habitual en Londres, los baños son la asignatura pendiente del local. Todo nuevo, muy bonito, con cerámicas y grifería rústicas que te llevan al Mediterráneo, el suelo de madera, con ese punto de desconchados para crear ambiente rústico, creo que no es lo más ideal para mantener la higiene en el suelo, la madera absorbe cualquier fluido y conserva el color y olor... Y las tapas de los inodoros... ¿por qué esa manía de ponerlas más pequeñas que la cerámica que han de cubrir? En fin, es algo que he visto en la mayoría de los establecimientos londinenses y no acabo de entender el por qué.
La carta del restaurante ocupa un folio, platos escogidos con productos de calidad y pasta elaborada por ellos mismos. Los precios son los habituales de Londres, nada estridentes, en cambio las bebidas se disparan hasta dejarte boquiabierta, nada inusual tampoco en esta ciudad. No me extraña que vengan en verano a Salou y se pongan ciegos de alcohol... También hay un menú "económico" al que llaman "pre teatro" que ofrecen en un horario determinado para compaginar con una función. Consta de dos platos por 25 libras, o tres por 30, con un cóctel. Nosotros escogimos este de dos platos, pero luego le pones las bebidas, un postre y la propina que añaden (un 12,5% de la cuenta) y se duplica el total.
Mención especial a la carta de vinos, internacional aunque con predomino de vinos italianos y franceses. Respecto los más cercanos, Rioja (¿cómo no?) y solo un DO Priorat.
Al llegar nos recogieron los abrigos, nos guiaron a nuestra mesa y pedimos dos bebidas: un Negroni y un Spritz. Buenísimos, pero a 9,5 libras cada uno y la fama del local en elaboración de cócteles, no esperaba menos.
Dentro de la oferta del "menú pre-teatro" yo pedí el plato de burrata della Puglia, con hojas de nabo y pan frito que llevaba una crema muy suave, como de pesto, en conjunto una delicia.Santi una ensalada templada de achicoria alla romana, aliñada con aceite de oliva, ajo, pan tostado (en la foto se ve muy negro pero no lo estaba) y anchoas que le encantó. La achicoria es parecida a la escarola y muy utilizada en la cocina británica, aunque proviene de Roma.
Con los segundos platos nos trajeron el cóctel que incluía el menú, que no recuerdo el nombre, con un punto que recordaba al Cointreau y la naranja. Para Santi, la chuleta de cerdo, sin el hueso, a los tres granos, con pecorino y col. Eso de los tres granos parecía ser tres tipos de arroz diferente... la próxima vez preguntaremos. El plato estaba delicioso.
Y para mi un plato de rigatoni de castaña, con gorgonzola y cacahuetes. Un pasta diferente al llevar la castaña incorporada, buenísima.
Para postres compartimos un panettone tradicional con helado de Marsala, con sus pasas y el punto del vino en el helado nos dejó más que satisfechos. La cuenta, con una copa de vino que también pedimos y agua (tap water, que te traen la mesa sin preguntar), con la propina del 12,5% añadida y la libra que aportas al Great Ormond Street Hospital (GOSH donation en la cuenta) se va a las 91,56 libras. Aún así salimos con buena sensación, sin descartar otra visita en el futuro o probar otro de los locales del mediático chef, porque el tema baños de este local no me acaba de convencer...
Feliç 2018!!! i endavant!!!