Plaza de la Paja, 10
Tfn 91 365 89 82 Precio orientativo: 25€ |
El Estragón vegetariano
LOCAL
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Acceso:
Escalones
Aparcamiento:
Complicado
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Espacio:
Grande (70p)
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Distribución:
Justa
Iluminación:
Buena
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Mobiliario:
Sillas
Trona bebè |
Limpieza lavabo:
Buena
Secador de manos:
Papel
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Cambiador:
No
Extras:
No
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PERSONAL
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CARTA
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Vestuario:
Uniforme
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Amabilidad:
Sí
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Eficacia:
Sí
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Presentación:
Larga
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Vinos y cava:
De la Tierra
De otras tierres |
Otros:
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IDIOMAS
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Castellano
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Situado en la castiza Plaza de la Paja, en el barrio de La Latina, ocupa la esquina de un edificio rodeado de palacios y casas de la nobleza madrileña. La distribución es complicada, escaleras serpenteantes conducen a salones perfectos para una comida privada de grupo pero incómodos para llegar hasta el lavabo situado en la planta sótano. La fantástica atención te hace olvidar que has subido por una escalera estrecha y empinada hasta el salón que nos permitió comer en privado a todo el grupo familiar (15 personas) que íbamos, mascota incluída.
La carta es larga y los platos enormes, al final nos llevamos un par de envases con comida para casa. Muchos de los platos tienen opción vegana, aunque algunos ya lo són. Hay ensaladas, sopas, pasta, "carnes", huevos, postres sorprendentes y las sugerencias del día. Es un restaurante vegatariano para sorprender a carnívoros.
Empezamos con unas samosas de verduras con curri. Además de buenas adaptaron los platos para que todos tuvieramos una samosa. Muy buena actuación por parte del Estragón. Para compartir pedimos un par de platos de ensalada de palmitos, muy buena y con opción vegana si eliminas el huevo duro y la miel de la vinagreta. Y las completamos con otro par de platos de queso al ajillo. Es un queso fresco a la planxa y aliñado que resulta muy fresco y delicioso.
Como platos principales hubo de todo: albóndigas de soja a la campesina, que resultó ser un plato imposible de acabar por una sola persona y que venía con un pisto y unas patatas fritas naturales. Canelones a la Rossini, buenos pero no entiendo el nombre del plato porque están elaborados con soja y hortalizas y gratinados con queso, no hay trufa o/y foie, ingredientes imprescindibles de cada plato "a la Rossini". Pimiento relleno de arroz basmati integral, frutos secos y hortalizas sobre una crema de pimientos de piquillo. Muy bueno y en tamaño para compartir. Como está rebozado, para opció vegana debería evitarse esta etapa. Creps a la muselina al estilo Estragón. Rellenos de quinoa, hortalizas y frutos secos, la muselina que los cubren es de ajo y al gratinarla le da un aspecto muy atractivo a plato. También llegaron a la mesa el arroz a la cubana, con plàtano rebozado y frito y la pizza jardinera, elaborada con verduras. Para postres: milhojas de requesón con mermelada de ciruela, casera y muy rica, sin el exceso de dulzor de las industriales; brownie de chocolate con helado, otro plato muy bueno y de medida ideal para compartir. También tomamos helados y otras tartas de la carta, pero no hay foto. Al final la cuenta resultó a 27€ por persona, contando agua, refrescos, cervezas y un par de bolletas de vino de Enate 2013, D.O. Somontano y cafés, los chupitos fueron cortesía de la casa.
Una cocina vegetariana sorprendente para los omnívoros, con salsas, masas y mermeladas caseras. Platos enormes para compartir, es mejor pedir un principal para dos personas o no pedir entrates, así no sobrará comida y la cuenta bajará. La atención es maravillosa y rápida, en mi familia hay clientes más o menos asiduos pero al ir un grupo grande no sabíamos si la eficacia en la atención sería igual que para una mesa de 4 personas. No nos fallaron, la atención fue fantástica igualmente. Un local recomendable para animarte a probar la comida vegetariana en el Madrid de los Austrias.
La carta es larga y los platos enormes, al final nos llevamos un par de envases con comida para casa. Muchos de los platos tienen opción vegana, aunque algunos ya lo són. Hay ensaladas, sopas, pasta, "carnes", huevos, postres sorprendentes y las sugerencias del día. Es un restaurante vegatariano para sorprender a carnívoros.
Empezamos con unas samosas de verduras con curri. Además de buenas adaptaron los platos para que todos tuvieramos una samosa. Muy buena actuación por parte del Estragón. Para compartir pedimos un par de platos de ensalada de palmitos, muy buena y con opción vegana si eliminas el huevo duro y la miel de la vinagreta. Y las completamos con otro par de platos de queso al ajillo. Es un queso fresco a la planxa y aliñado que resulta muy fresco y delicioso.
Como platos principales hubo de todo: albóndigas de soja a la campesina, que resultó ser un plato imposible de acabar por una sola persona y que venía con un pisto y unas patatas fritas naturales. Canelones a la Rossini, buenos pero no entiendo el nombre del plato porque están elaborados con soja y hortalizas y gratinados con queso, no hay trufa o/y foie, ingredientes imprescindibles de cada plato "a la Rossini". Pimiento relleno de arroz basmati integral, frutos secos y hortalizas sobre una crema de pimientos de piquillo. Muy bueno y en tamaño para compartir. Como está rebozado, para opció vegana debería evitarse esta etapa. Creps a la muselina al estilo Estragón. Rellenos de quinoa, hortalizas y frutos secos, la muselina que los cubren es de ajo y al gratinarla le da un aspecto muy atractivo a plato. También llegaron a la mesa el arroz a la cubana, con plàtano rebozado y frito y la pizza jardinera, elaborada con verduras. Para postres: milhojas de requesón con mermelada de ciruela, casera y muy rica, sin el exceso de dulzor de las industriales; brownie de chocolate con helado, otro plato muy bueno y de medida ideal para compartir. También tomamos helados y otras tartas de la carta, pero no hay foto. Al final la cuenta resultó a 27€ por persona, contando agua, refrescos, cervezas y un par de bolletas de vino de Enate 2013, D.O. Somontano y cafés, los chupitos fueron cortesía de la casa.
Una cocina vegetariana sorprendente para los omnívoros, con salsas, masas y mermeladas caseras. Platos enormes para compartir, es mejor pedir un principal para dos personas o no pedir entrates, así no sobrará comida y la cuenta bajará. La atención es maravillosa y rápida, en mi familia hay clientes más o menos asiduos pero al ir un grupo grande no sabíamos si la eficacia en la atención sería igual que para una mesa de 4 personas. No nos fallaron, la atención fue fantástica igualmente. Un local recomendable para animarte a probar la comida vegetariana en el Madrid de los Austrias.