Establiment: Taberna Bar Casa Puga
04003 Almería
Calle Jovellanos, 7
Tfn 950231530
Precio orientativo: 8-10€
2€/tapa+bebida
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Casa Puga
Corresponsal: María Eugenia Suarez para Pepa Pink
No se me ocurriría ponerle estrellas Pepa Pink, porque está claro que no soy ella, pero sobre 10 le pondría a este bar un 8.5/10. No tiene más nota, no por la comida que considero que es muy buena, si no porque ahora me fijo en cosas como el acceso para discapacitados que sería complicado en este local (por su antigüedad).
LOCAL
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Acceso:
Fácil
Aparcamiento:
No
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Espacio:
Pequaño
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Distribución:
Estrecho
Iluminación:
Natural
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Mobiliario:
Clásico
Cómodo
Sillas
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Limpieza_servicios:
Buena
Secador_manos:
Papel
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Cambiador:
No
Extras:
No
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PERSONAL
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CARTA
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Vestuario:
Uniforme
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Amabilidad:
Sí
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Eficacia:
Sí
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Presentación:
Clásica
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Vinos:
Vinos de la Tierra
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Vinos de otras tierras
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IDIOMAS
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Español
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Inglés
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Este es un bar de solera, de los más antiguos de Almería (abierto como Casa Puga desde 1900) en pleno corazón de la ciudad. En octubre fui a Almería para asistir a un congreso y dentro de las actividades sociales había una ruta de tapas. Hicimos la ruta y a mí el que más me gustó fue la Casa Puga, que esa noche estaba lleno a petar, así que volví al día siguiente para hacer la comida y llenar la barriga antes del vuelo de regreso a Barna, porque ya sabemos que en los aviones la comida no es lo de lo más bueno que hay.
¡Virgen santa! No me equivoqué, era un día de semana y
el flujo de clientes era continuo! Encontrar un lugar en la barra era bastante
difícil y las pocas mesas que tenía estaban llenas. Enseguida llamé a la Pepa
Pink y le pregunté si aceptaba un corresponsal para una de las entradas de su
blog y me dijo "adelante" es por eso es que hoy os hago el relato yo.
Siempre que estoy fuera de casa haciendo un viaje, me
gusta pedir dos cosas a la gente local, una es que me den información sobre un
lugar donde se coma muy bien a un precio razonable (10-15 € / cabeza) y la
segunda cosa es qué plato les gusta comer en ese lugar. En esta ocasión, los
organizadores del congreso no dudaron en recomendarme que volviera a Casa Puga
y como había hecho una cata la noche de antes pues no dudé.
En este lugar, los camareros son los que te preparan
las tapas ante tus ojos al momento de pedirlas (excepto los fritos y rebozados
que se preparan en la cocina). A mí me atendieron Rafa y Leo. Yo me decanté por
la opción de preparación al momento, siguiendo la recomendación de una mujer
muy amable que era cliente habitual (¡me sabe fatal no acordarme de su nombre!).
Me recomendó tres cosas: "Champiñones", "Riñones a la
plancha" y "Asadura", sin embargo como me gusta mucho la morcilla, antes me pedí el "Fundido de Morcilla".
El "Fundido de morcilla" era una especie
de paté hecho con el interior de la morcilla (quitando la piel
evidentemente). Este paté lo tenían preparado previamente y lo que hace es
extenderlo sobre un trozo de pan tostado muy tierno, luego lo tapan con otro
trozo del mismo pan y lo pasan por la plancha para darle la temperatura
adecuada. Esta tapa la acompañé de una cañita. Una cosa que me llamó la
atención era como enfriaban los vinos y el mosto de la casa, era una especie de
cajón por donde circulaba agua helada, este sistema tenía pinta de existir
desde hacía un montón de años! Seguro que existe desde la fundación del bar.
La siguiente tapa, fueron los champiñones,
sublimes! Cogen los champiñones frescos y los pasan por la plancha regándolos
abundantemente con aceite de oliva extra virgen y añadiendo sal en escamas. ¿Cómo
algo tan simple puede estar tan bueno? Sinceramente, ¡son los mejores
champiñones que me he comido en mi vida! Textura, punto de cocción y
temperatura ideales, es lo que tiene trabajar con ingredientes de primera
calidad. Esta tapa también la acompañé con una cañita.
Después pedí los "Riñones a la plancha ", no
soy muy de estas cosas, pero además de la recomendación de la clienta habitual,
mientras me comía las dos tapas anteriores, veía como ésta salía de manera
constante, así que me armé de valor y la pedí. ¡Señor, que buenos! Una de las
cosas que más me desagradan de las vísceras es su textura, pero estas estaban
tiernas y jugosas, como los champiñones. También las preparaban con aceite de
oliva extra virgen, pero le añadían una mezcla de especias y sal que no me
quisieron explicar (secreto de la casa).
Como ya llevaba 3 cañitas en menos de ½ hora, y tenía
que coger un avión, para la última tapa pedí mosto, siguiendo el ejemplo de un
policía local que comía en la barra. La asadura era un estofado
de ternera muy, muy tierno , con el toque de especias y picante justo como para
no saturar la lengua. Esta cuarta la pedí, porque también veía que tenía mucha salida,
y estaba buenísima pero estaba tan llena (las raciones son muy generosas para
el estándar catalán) que no la pude terminar!
Por lo tanto, la relación calidad/precio es insuperable y puede
ser comparable perfectamente al bar El Solet de Tarragona.
Gracias María Eugenia por hacer de corresponsal de Pepa Pink en Almería. Tendremos en cuenta tu recomendación cuando viajemos por tierras andaluzas.
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