31 Camden Passage
Tfn 020 7226 5454 Precio orientativo: £16 |
The Breakfast Club
2,0 - Cadena de moda, incómodo y caro. |
LOCAL
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Acceso:
Escalones
Aparcamiento:
Fácil
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Espacio:
Pequeño (30p)
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Distribución:
Ajusta
Iluminación:
Bona
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Mobiliario:
Sillas
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Limpieza lavabo:
Buena
Secador de manos:
Aire
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Cambiador:
No
Extras:
No
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PERSONAL
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CARTA
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Vestuario:
Uniforme
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Amabilidad:
Sí
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Eficacia:
Sí
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Presentación:
Cartulina
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Vinos y cava:
-
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Otros:
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IDIOMAS
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English
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The Breakfast Club es una cadena con 11 locales repartidos por Londres con un amplio horario de apertura para tomar desayunos, brunchs, comidas y cenas. Cada local tiene su horario específico pero desde las 7:30 ya puedes encontrar alguno abierto y cierran entre 10 y 11 de la noche, claro que el tema reservas no es tan fácil, en la mayoría solo se puede reservar desde las 5 de la tarde así que las colas en la puerta son habituales.
La fachada de todos los The Breakfast Club es de un amarillo intenso (pantone 102, diría yo). Por dentro suelen ser un poco eclécticos, llenos de colorido y mobiliario, aprovechando cada rincón. La carta se divide en las diferentes comidas por horario, cócteles y demás bebidas, incluyendo productos de publicidad como cuencos, pins, camisetas...
Intentamos tomar un almuerzo (desayuno a media mañana, brunch) en el de Hoxton, llegamos a las 12 y ya había una cola con 10 personas esperando. Al cabo de 10 minutos decidimos probar en otra ocasión porque la fila no se movía.
La fachada de todos los The Breakfast Club es de un amarillo intenso (pantone 102, diría yo). Por dentro suelen ser un poco eclécticos, llenos de colorido y mobiliario, aprovechando cada rincón. La carta se divide en las diferentes comidas por horario, cócteles y demás bebidas, incluyendo productos de publicidad como cuencos, pins, camisetas...
Intentamos tomar un almuerzo (desayuno a media mañana, brunch) en el de Hoxton, llegamos a las 12 y ya había una cola con 10 personas esperando. Al cabo de 10 minutos decidimos probar en otra ocasión porque la fila no se movía.
Nuestro segundo intento fue en el local de Angel en el barrio de Islington, tuvimos suerte, eran las 9:30 de la mañana y no había nadie en la calle. Subimos hasta la puerta pero dentro no quedaba sitio... Nos apuntaron y nos indicaron esperar fuera, lógico con las dimensiones del local. Al cabo de 5 minutos llegó otra pareja y después de entrar, salieron y se situaron detrás de nosotros.
A los 10 minutos nos llamaron y nos guiaron hasta una mesa en la que no me vi capaz de colocarme así que pedí, por favor, el cambio a otra que se estaba desocupando. Aceptado el cambio nos acompañaron a la puerta otra vez a esperar mientras que limpiaban la mesa, menos mal que nos dejaron quedarnos dentro, aunque fue una molestia porque no dejaba de entrar gente que volvía a salir para colocarse en la cola que se formaba en la calle.
Por fin nos acoplamos en la mesa, no con mucho espacio y sin saber dónde poner los abrigos. "Espero que todo esto merezca la pena", pensé. Ya con la carta en la mano era dificil decidir entre la cantidad de tortitas (pancakes) que hay, los diferentes combinados de desayuno británico, las múltiples preparaciones de huevos, tostadas, cereales (incluído el delicioso porridge) y unas cuantas opciones vegetarianas. ¡Teníamos que aprovechar el haber conseguido una mesa!
Finalmente me decidí por un café con leche y los eggs benedict con jamón de York, esperando comer unos huevos maravillosos, pero no fue para tanto, la salsa holandesa un punto cítrica no me acabó de compensar la espera y el lugar. Santi pidió el desayuno Full Monty, un enorme plato al más clásico estilo británico con huevos a la plancha, bacon, salchicha, morcilla, tomate a la parrila, patatas fritas, champiñones en conserva, judias blancas con tomate y un par de rebanadas de pan tostado con mantequilla, acompañado de una cerveza. Ni siquera se lo acabo. Cuando llegó la cuenta confirmé que es la cadena de moda: el desayuno nos salió por más de 31 libras (incluyendo las 3,51 de propina). Por ese precio (y menos) se puede desayunar en The Wolseley, con mucho más espacio, tranquilidad, tradición y glamour. Al salir, la cola de personas esperando para entrar ya superaba la docena. Yo con una vez ya he tenido bastante, para mi no merece la pena ni la espera, ni el precio en un local abarrotado, húmedo, con unos lavabos minúsculos en un sótano al que llegas por una escalera estrecha, empinada y retorcida. Eso sí, el color de la fachada me encanta.
A los 10 minutos nos llamaron y nos guiaron hasta una mesa en la que no me vi capaz de colocarme así que pedí, por favor, el cambio a otra que se estaba desocupando. Aceptado el cambio nos acompañaron a la puerta otra vez a esperar mientras que limpiaban la mesa, menos mal que nos dejaron quedarnos dentro, aunque fue una molestia porque no dejaba de entrar gente que volvía a salir para colocarse en la cola que se formaba en la calle.
Por fin nos acoplamos en la mesa, no con mucho espacio y sin saber dónde poner los abrigos. "Espero que todo esto merezca la pena", pensé. Ya con la carta en la mano era dificil decidir entre la cantidad de tortitas (pancakes) que hay, los diferentes combinados de desayuno británico, las múltiples preparaciones de huevos, tostadas, cereales (incluído el delicioso porridge) y unas cuantas opciones vegetarianas. ¡Teníamos que aprovechar el haber conseguido una mesa!
Finalmente me decidí por un café con leche y los eggs benedict con jamón de York, esperando comer unos huevos maravillosos, pero no fue para tanto, la salsa holandesa un punto cítrica no me acabó de compensar la espera y el lugar. Santi pidió el desayuno Full Monty, un enorme plato al más clásico estilo británico con huevos a la plancha, bacon, salchicha, morcilla, tomate a la parrila, patatas fritas, champiñones en conserva, judias blancas con tomate y un par de rebanadas de pan tostado con mantequilla, acompañado de una cerveza. Ni siquera se lo acabo. Cuando llegó la cuenta confirmé que es la cadena de moda: el desayuno nos salió por más de 31 libras (incluyendo las 3,51 de propina). Por ese precio (y menos) se puede desayunar en The Wolseley, con mucho más espacio, tranquilidad, tradición y glamour. Al salir, la cola de personas esperando para entrar ya superaba la docena. Yo con una vez ya he tenido bastante, para mi no merece la pena ni la espera, ni el precio en un local abarrotado, húmedo, con unos lavabos minúsculos en un sótano al que llegas por una escalera estrecha, empinada y retorcida. Eso sí, el color de la fachada me encanta.
Se salva pel groc, molt simbòlic per nosaltres... :)
ResponEliminaPerò per la resta no sé... I menys per mi que qualsevol esmorzar que surti de l'entrepà, se'm fa estrany i difícil de digerir...
Salut!!
Jo sóc d'esmorzar com si no hagués més dia per davant :-DDDD Cada dia dedico al menys 30 minuts a aquest àpat.
EliminaEl lloc aquest es salva pel groc però el vaig trobar car en general, per l'espai i la gestió de reserves, entre altres. Ple de instacuquis i modernets...
Salut!
Per fi un de London que no m'hauré d'anotar!! No sóc gaire d'esmorzars i menys en locals com aquest que descrius...
ResponEliminaSalut!
Molt decebedor després de fer la cua, esperar canvi de taula, encaixonar-nos allà.... En fi, mira les instacuquis de fotos que pengen i res més. No et deixis engalipar pel groc.
EliminaSalut!