diumenge, 7 de maig del 2017

GUMBO, NEW ORLEANS CUISINE EN MALASAÑA

Establecimiento: Gumbo
28004 Madrid
Calle del Pez, 15
Tfn 91 532 62 61
Precio orientativo: 26€
Menú de diario: 11€

Gumbo

Cocina criolla, platos de New Orleans. Local cómodo, atención fantástica, precios ajustados. Imprescindible reserva. Llegan a las 3,8 estrellas Pepa Pink, falla el lavabo.

LOCAL
Acceso:
Fácil
Aparcamiento:
Difícil
Espacio:
Mediano (40p)
Distribución:
Amplia
Iluminación:
Ténue
Mobiliario:
Sillas
Bancos
Limpieza lavabo:
Buena
Secador de manos:
Aire
Cambiador:
No
Extras:
No
PERSONAL
CARTA
Vestuario:
Uniforme
Amabilidad:
Eficacia:
Presentación:
Clásica

Vinos y cava:
De la Tierra
De otras tierres
Otros:
Menú infantil
IDIOMAS
Castellano
English




Difsfrutamos de otro fin de semana en Madrid con la excusa de ir al teatro Lope de Vega para ver El Rey León, que por cierto recomiendo sin duda. A mi me encantó, y Santi, nada amante de los musicales, pudo apreciar la puesta en escena y el trabajo del elenco sobre el escenario.
Muy cerca del teatro, dejando atrás la Gran Vía, nos adentramos en el barrio de Malasaña. ¡Cómo ha cambiado este barrio!. Cuando yo era una adolescente era un barrio de litronas y porros en la Plaza del Dos de Mayo, "la movida madrileña" comenzaba en nuevos locales como el Penta y el Vía Láctea y la noche se juntaba con el día sin darte cuenta. Hoy día las tiendas "bio", "eco" y talleres de diseñadores inundan el barrio junto con barbas hipster y bicicletas. La oferta de ocio ha proliferado con terrazas, locales de copas y diferentes opciones de restauración, desde temáticos como un "cereal bar", veganos, cocinas que no cierran y ofrecen desayunos, brunchs, comida, merienda, cena y tempenpiés de madrugada, hasta cocinas internacionales y tradicionales, como el local que ofrece bocadillos de toda la vida acompañados con un porrón (toda una novedad para los modernillos de ciudad 😋)
Nosotros optamos por el Gumbo, un local en azules y blancos, acogedor, tirando a pequeño pero con suficiente espacio en la mesa y una atención fantástica, simpáticos y amables. El lavabo es un poco justito y ese secador de aire para las manos bastante inútil pero ya se sabe que la perfección es difícil.
La cocina, norteamericana, se centra en platos criollos de New Orleans. Se trata de una cocina fusión de platos franceses, caribeños, estadounidenses y africanos principalmente. Toda una explosión de sabores y colores con un resultado delicioso.
La carta incluye tantas opciones que cuesta decidirse, además, fuera de carta estan las sugerencias del día, pero como era cena tuvimos que contenernos y pedir con moderación. Pedimos una cerveza y una copa de vino, D.O. Ribera del Duero, Colección 880, un vino joven con que puedes encontrar con buena relación calidad/precio en una bodega (enoteca o vinoteca para modernillos)  y un toque especial debido al roble. Nos obsequiaron con un aperitivo: plátano macho frito y patatitas.
Después de dejarnos orientar por el jefe de sala empezamos con un solo plato de
entrantes: los tomates verdes fritos. Un plato imprescindible, riquísimo, con una salsa fresca que combina perfectamente con el rebozado fino y suave. El pan se presenta de forma individual, envuelto en papel.
Al acabar nos cambiaron los cubiertos para comer los platos
principales, me parece muy bien que la informalidad que puede presentar la decoración no se aplique al servicio de mesa. Primero llegó la jambalaya, un arroz muy especiado con langostinos marinados, pollo y andouille, un embutido ahumado y especiado elaborado con cerdo. Puedes añadirle un poco de picante para subir un poco más el sabor aunque está muy buena así. El tomate frito que la acompaña es casero y muy rico.
Después las
albóndigas de cocodrilo con salsa étouffeé. Nos explicaron que el cocodrilo viene de África, congelado claro. El sabor que tiene es como de ternera blanca, suave, quizá como si la hubieras cocinado en caldo de pescado... La salsa impresionante, poco picante y exquisita. Me gustaron mucho. Nos sobró un poco de arroz blanco, con menos cantidad en el plato es suficiente.
Los postres son enormes pero tan tentadores que es dificil no caer. Hay pasteles de frutas, de queso, brownie y todo con una bola de helado. Tras echar un disimulado vistazo a la mesa de al lado para decidirnos (
todas tenían una pinta muy apetecible), elegimos la tarta de manzana con helado de vainilla. Exquisita. Solo pedimos una porque ya vimos que el tamaño es importante.
La cuenta rondó los 27 € por persona, con unos precios bastante ajustados, excepto en las bebidas: 3,25 € por una cerveza o copa de vino lo encuentro un poco elevado con relació a los precios de la carta.
Un sitio al que volver para probar otros platos como el cerdo asado, las croquetas de cangrejo, los mejillones gratinados o las flores de calabacín. La atención fantástica y el barrio estupendo, perfecto para tomar una copa por la zona después de cenar, ahora en vaso, nada de litronas.

5 comentaris:

  1. Avui no et compro res.... :(

    Ni el musical ... (pobre Santi!!)

    Ni això de la "cocina criolla", em provoca massa salivera....

    Salut!!

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    1. :-D El Santi es va portar molt bé al musical.
      Doncs ara que estàs jubilat no et fa un viatge pel món tastant diferents cuines?

      Salut!

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    2. Es que les cuines salsejades, no m'atreuen massa..... Menjo de tot, però si puc triar les evito.

      Fins i tot en llocs que ofereixen salses currades, les deixo a banda....

      I en confiança.... Els plats més senzills, són els meus preferits. Vaig als restaurants, més com acte social amb companyia, que no pas pel que em pugui cuinar.

      #valla_fraude_el_foodie_ese !!!!! :) :)

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  2. Tampoc jo sóc gaire amant de musicals... Però algun que he vist últimament si que m'ha agradat.
    Vaig poder gaudir d'una primera representació d'aquesta obra (encara no ho havien portat a cap teatre), quan vam anar (ja fa molts anys...) a Disney Paris, i la veritat és que em va impressionar i des de les hores, només he escoltat bons comentaris de la mateixa.

    Pel que fa al menjar... tampoc em diuen res aquestes cuines tan especiades. I això del cocodril em sembla una mica d'esnobisme el portar menjars tan llunyans tenint producte de primera com tenim aquí (tot i que potser a la capital d'aquell país no en tinguin gaires...;-)).

    Salut!!

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    Respostes
    1. Doncs a mi em sembla una bona opció pels que no podem viatjar a Austràlia o a USA a tastar aliments diferents. De fet de "japos" n'hi ha molts i no tots els ingredients que utilitzen estan aquí.
      Llavors, menjar un xapadillo d'anguila serà un esnobisme pels americans també? :-DDD
      Jo ja estic pensant en la meva jubilació amb l'autocaravana tastant menjars diferents per tot el món, també de primera, però d'altres cuines.

      Salut!

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