Calle de la Amnistía, 8
Tfn 658 320 577 Precio orientativo: 35€ |
Taberna La Cruzada
3,5 - Tradición a precios correctos. Garbanzos sobresalientes. |
LOCAL
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Acceso:
Escalones
Aparcamiento:
Difícil, mejor Uber
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Espacio:
Mediano (50p)
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Distribución:
Amplia
Iluminación:
Bona
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Mobiliario:
Sillas
Trona bebè |
Limpieza lavabo:
Buena
Secador de manos:
Papel
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Cambiador:
No
Extras:
No
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PERSONAL
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CARTA
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Vestuario:
Uniforme
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Amabilidad:
Sí
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Eficacia:
Sí
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Presentación:
Clásica
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Vinos y cava:
Españoles
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Otros:
Ruta del cocido madrileño
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IDIOMAS
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Castellano
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Febrero y marzo suelen ser los en los que se celebra la ruta de cocido madrileño en la capital del reino y algunas poblaciones cercanas como Chinchón, Lozoya, Alpedrete, Guadarrama. En el 2018 se celebra la octava edición, puedes ver los restaurantes participantes haciendo clic aquí, así que aprovechamos el momento para visitar Madrid.
Escogimos La Cruzada, según su web la taberna más antigua de Madrid, por cuestiones logísticas y porque en las dos edicones anteriores había ganado el premio al mejor vuelco de carnes (7ª edición) y mejor cocido tradicional (6ª edición). El precio es ajustado, por 29 € se sirve un aperitivo, cocido en tres vuelcos,
postre, café y chupito de licor. La cuestión es que hacen dos turnos de comida, te avisan al hacer la reserva por telefono, el primero comienza a las 13:30 hasta las 15:15, y el seguno de 15:30 a 17:15. Preferimos el primer turno pero no suelo comer tranquila cuando sé que he de dejar la mesa a una hora determinada.
Llegamos puntuales a la taberna con "un Uber", situada en el céntrico barrio del Madrid de los Austrias, metro Ópera. No es un local muy grande, con el comedor en forma de pasillo amplio que acaba en una sala semiprivada en la que nos esperaba una gran mesa cuadrada y vestida con mantel blanco.
Para beber pedimos una magnun de un Rioja que no les quedaba (Azpilicueta), así que cambiamos al Cuna de Reyes, que según la carta era un reserva aunque a la mesa llegó un crianza.
Nos trajeron un aperitivo de crema de roquefort con palitos de zanahoria para abrir boca, unas cestas de pan y empezamos con el cocido. Primer vuelco: la sopa. Riquísima. El caldo muy bueno y los fideos perfectos. Todos repetimos pero con precaución, porque hay que reservar sitio para lo que viene después. Segundo vuelco: garbanzos y verduras. Col, patata, zanahoria y puerro. Los garbanzos estaban mantecosos y con muy buen sabor. Mejor todavía con la piparra, cebolleta y la tradicional salsa de tomate y comino. Tercer vuelco: la carne. Nos trajeron dos fuentes pero puedes pedir tanto como quieras, igual que de los vuelcos anteriores. Chorizo, morcilla (un poco tibia para mi gusto), mucho hueso de jamón, poca gallina, ternera suficiente y tierna y unos cuantos trozos de tocino. No faltaron los huesos de caña que de hecho pedimos unos cuantos más porque mi cuñada y yo perdemos el norte con el tuétano. Nos comimos 6 cada una de nosotras. Postre y chupito, incluídos en el precio del menú. Lástima, no tomamos postre porque eran casi las tres y como teníamos aviso que a las 15:15 había que dejar la mesa nos fuimos a por los chupitos directamente. En general bien, buena atención y rápidos aunque el local estaba lleno, opción de repetir de cualquiera de los tres vuelcos, local amplio, cómodo, elegante. Pero eso de los dos turnos no me gusta. Otra cosa que no me gustó es que sobre la mesa ya encontramos dos botellas de agua. Ridículo pagar 7 € de agua en Madrid donde el agua del grifo es mejor incluso que muchas aguas embotelladas. La cuenta final, unos 36 € por persona, sin contar a mi sobrinita que se comió un buen plato de sopa y una albóndigas. Un restaurante con solera, tradicional donde si vuelvo, vigilaré el tema de las bebidas. El cocido madrileño, tradicional, sin relleno ni pelota, muy bueno, con buena relación calidad-precio ya que el cocido con aperitivo, postre y chupito son 29 €; y lo mejor de todo, poderlo disfrutar con la familia.
Para beber pedimos una magnun de un Rioja que no les quedaba (Azpilicueta), así que cambiamos al Cuna de Reyes, que según la carta era un reserva aunque a la mesa llegó un crianza.
Nos trajeron un aperitivo de crema de roquefort con palitos de zanahoria para abrir boca, unas cestas de pan y empezamos con el cocido. Primer vuelco: la sopa. Riquísima. El caldo muy bueno y los fideos perfectos. Todos repetimos pero con precaución, porque hay que reservar sitio para lo que viene después. Segundo vuelco: garbanzos y verduras. Col, patata, zanahoria y puerro. Los garbanzos estaban mantecosos y con muy buen sabor. Mejor todavía con la piparra, cebolleta y la tradicional salsa de tomate y comino. Tercer vuelco: la carne. Nos trajeron dos fuentes pero puedes pedir tanto como quieras, igual que de los vuelcos anteriores. Chorizo, morcilla (un poco tibia para mi gusto), mucho hueso de jamón, poca gallina, ternera suficiente y tierna y unos cuantos trozos de tocino. No faltaron los huesos de caña que de hecho pedimos unos cuantos más porque mi cuñada y yo perdemos el norte con el tuétano. Nos comimos 6 cada una de nosotras. Postre y chupito, incluídos en el precio del menú. Lástima, no tomamos postre porque eran casi las tres y como teníamos aviso que a las 15:15 había que dejar la mesa nos fuimos a por los chupitos directamente. En general bien, buena atención y rápidos aunque el local estaba lleno, opción de repetir de cualquiera de los tres vuelcos, local amplio, cómodo, elegante. Pero eso de los dos turnos no me gusta. Otra cosa que no me gustó es que sobre la mesa ya encontramos dos botellas de agua. Ridículo pagar 7 € de agua en Madrid donde el agua del grifo es mejor incluso que muchas aguas embotelladas. La cuenta final, unos 36 € por persona, sin contar a mi sobrinita que se comió un buen plato de sopa y una albóndigas. Un restaurante con solera, tradicional donde si vuelvo, vigilaré el tema de las bebidas. El cocido madrileño, tradicional, sin relleno ni pelota, muy bueno, con buena relación calidad-precio ya que el cocido con aperitivo, postre y chupito son 29 €; y lo mejor de todo, poderlo disfrutar con la familia.
Veient les fotos, per un dia em trec el llaç groc (basicament per això de la Cruzada) i fins i tot acceptaria un Cuna de Reyes, encara que fos crianza... :) :)
ResponEliminaPerò és quemato pels plats tipus cocido/escudella & family.... Tot i que quan els tasto, segurament per l'excés, em solen posar una mica malaltó...
Salut!!
hahahaha, no va ser un viatge tan arriscat com penses :-)
EliminaI la digestió perfecta, un bon cocido sense fer mal a l'estómac es gaudeix doble.
No vam anar al meu preferit (El nuevo horno de Santa Teresa) per una greu desgràcia (un defunció). El proper viatge a Madrid ja anirem per allà.
Salut!
Cada cop que llegeixo coses de gastronomia em dono més compte de lo ignorant que arribo a ser... És el primer cop que veig això de les piparres i la salsa de tomàquet i comí.
ResponEliminaEl millor lloc és aquest que dius de Santa Teresa? Si és així, digues'm-ho per la propera escapada a Mordor.
Salut!!
Sí, El nuevo Horno de Santa Teresa, de fet va guanyar el primer premi de la ruta del 2017. També és bo el Malacatín, però també amb dos torns, cartells de toreros a les parets...
EliminaJo em quedo amb el cocido de la Lola sense dubtes, que per cert, el tens publicat en el bloc.
Salut!
Salut!